miércoles, 5 de octubre de 2011

Natsume Soseki 夏目漱石

Empezamos con el primer post que escribí sobre literatura. Evidentemente tenía que hablar del genialísimo padre de la literatura moderna japonesa: Natsume Soseki (夏目漱石).

Fotografía de Natsume Soseki

Soseki nació en el seno de una familia de clase media-alta, lo que benefició su educación académica. Como podéis ver en la foto, es un autor de principios del siglo XX: nació en 1867, en plena revolución Meiji, y murió en 1916, aquejado por una úlcera de estómago y dejando su obra Meian sin acabar. Gran parte de su actividad narrativa estuvo marcada por la horrible soledad que experimentó durante los tres años que le destinaron a Londres, ciudad que no fue de su agrado (no es el único...).

Su obra se caracteriza por un finísimo sentido del humor (de la época, por supuesto) con el que repasa con  hábil sarcasmo la sociedad japonesa de principios de siglo. Su obra Yo, el gato es un claro reflejo de lo que os estoy comentando. Desde la perspectiva de un gato, nos presenta un análisis del Japón de la época.


Su obra más famosa, Kokoro, de lectura obligatoria en la educación secundaria nipona, es, sin lugar a dudas, su novela más amarga y pesimista. La palabra Kokoro, muchas veces traducida al español por corazón, engloba también el alma, la psique y los sentimientos del ser humano. Es un concepto que no existe en forma de una única palabra en nuestra lengua y que puede ser un poco complicado de entender para el lector occidental. La novela relata la relación del protagonista con su Sensei (maestro), sus padres y, por último, nos introduce en el amargo pasado del citado Sensei. Es la obra representativa de la literatura moderna japonesa, solo equiparable al Quijote o a Macbeth.

Seguimos con Sanshiro, obra recientemente traducida al español. No voy a comentar los fallos, faltaba más, pero llega a ser lamentable la escasez de vocabulario que presenta la versión traducida. Lejos de hacer justicia a la obra de Soseki, se queda en un mero intento de conseguir una traducción aceptable, cosa que sí consigue la de Kokoro. Una lástima, desde luego, ya que la pureza y la ingenuidad de Sanshiro son dignas de una versión mejor. Un maravilloso retrato de la juventud.

Para el final dejo mi novela favorita del autor: Botchan. Desconozco la calidad de la versión traducida, pero tengo que decir que leer el original es una auténtica delicia. Inocente, pero sarcástica;culta, pero sencilla; de argumento simple, pero sumamente inteligente. Me desharía en halagos ante esta obra maestra, corta en extensión pero de una riqueza inconmensurable. El protagonista, un joven recién licenciado, es trasladado a un instituto de la isla de Shikoku, la zona más rural de Japón, para dar clases. Nuestro sibarita protagonista  tendrá que lidiar con los rebeldes e indomados adolescentes y con sus provincianos vecinos. Esta obra es un reflejo de la sociedad rural de principios del siglo pasado y, además, está basada en la propia experiencia del autor, que también fue trasladado a Shikoku.

Eso es todo de este genial autor que, aunque no para todos los públicos, sobre todo aquellos que no  gusten de su antiguo estilo literario, posee una obra que es un impresionante coral de los sentimientos más puros, inocentes y sinceros del ser humano. Su importancia es tal que durante muchos años su retrato fue la imagen de los billetes de mil yenes.


Esta es una primera aproximación al autor. Más adelante me adentraré en sus principales obras, una por una.

Las fotografías, sacadas de Wikipedia, son de dominio público.

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