jueves, 6 de octubre de 2011

HARUKI MURAKAMI 3ª parte (1990-1999)


Nos adentramos en la década de los noventa, clave en la carrera literaria de Murakami. Tras su última novela, Dance Dance Dance, se dedicó durante los años finales de la década de los ochenta y principios de los noventa a su labor como traductor. Murakami siempre ha sido un fervoroso admirador de los escritores norteamericanos contemporáneos, lo que le dio la oportunidad de traducir a autores de la talla de Raymond Carver o Truman Capote al japonés. La traducción y las historias cortas fueron las dos tareas que le mantuvieron ocupado mientras daba conferencias en diversas ciudades de EEUU. Además, aprovechó para aumentar sus conocimientos sobre la historia de su propio país, hecho que tendría una influencia clara en alguna novela posterior. En 1992 ya tenía lista su siguiente novela.

Kokkyö no minami, taiyö no nishi (Al sur de la frontera, al oeste del sol)

Con uno de los títulos más poéticos de toda su carrera, Murakami volvió a sus raíces literarias con esta novela corta, un ademán de regresar al tema de la sexualidad que ya inició con Norway no mori, pero esta vez desde el prisma adulto. 

 Edición japonesa


Narra la historia de Hajime, propietario de un bar de jazz (claro aspecto autobiográfico) que lleva aparentemente una vida perfecta: la monotonía personificada del hipercapitalismo japonés (que ya criticaría en su novela anterior). Se replanteará su vida y todo lo que ha conseguido cuando se vuelva a encontrar con Shimamoto, antigua compañera de la escuela. La soledad que los dos deben soportar por el status quo imperante será el eje alrededor del cual gira el argumento de la novela.

La obra viene a criticar el conformismo del hombre contemporáneo, que busca en la comodidad económica el foco de su felicidad, y la soledad que esto genera, pues el ser humano pierde la facultad de reflexionar sobre qué es lo que desea para ser realmente feliz.

 Edición española

Si bien no es su obra más laureada, sí que es novela representante del otro Murakami, ese que vierte lo mejor de su sensibilidad literaria en historias breves pero reflexivas, con una carga emocional contenida que explota al final, o no; grandeza de la literatura de este autor.El libro tiene algunas imágenes potentísimas que permanecen grabadas en la memoria incluso años después de leerlo.

El efecto que consigue Murakami con esta novela, esa sensación de no saber si estamos presenciando actos reales de los protagonistas o bien son solo las manifestaciones de cómo se ven entre ellos, es sencillamente sobrecogedor. La complejidad de la relación entre Hajime y Shimamoto da una idea de cómo evolucionó la personalidad literaria de Murakami desde Norway no mori.

Nejimakidori kuronikuru  (Crónica del pájaro que da cuerda al mundo)

La siguiente novela de Murakami fue publicada por capítulos en la revista literaria japonesa Shinchö. La obra le ocupó tres años de intenso trabajo de investigación y redacción. Finalmente publicada en tres tomos entre 1994 y 1995, Crónica del pájaro que da cuerda al mundo supone una recapitulación del mundo de Murakami y, al mismo tiempo, un nuevo comienzo. Es el resultado de años de investigación acerca de las barbaridades que cometió el ejército colonizador japonés en Asia, concretamente en China. Es una novela que concentra lo mejor de los dos Murakami (el metafísico, el creador de mundos irreales, y el hombre sentimental, el que crea historias conmovedoras). 
 Los tres volúmenes de la edición japonesa

Cuenta la historia de Töru, un hombre reprimido sexualmente al cual abandona su esposa, debido a la desaparición del gato que vivía con ellos (el gato es un elemento esencial en la literatura de Murakami, como demostraría en obras posteriores). Esta desaparición tendrá consecuencias psicológicas fatales para el protagonista, ejemplo claro de la soledad contemporánea. Pero su mujer no se habrá ido del todo, lo que llevará a Töru a encontrarse entre dos mundos, donde la línea que separa lo real de lo irreal es más difusa de lo que creía.

Crónica lo tiene todo: mundos irreales (o surrealistas, como se prefiera), infidelidades, historia, perversión (siempre desde la elegante pluma del autor) y hasta el advenimiento del demonio en persona, personificado en el cuñado de Töru, político hipócrita con los medios de comunicación bajo su poder. Töru deberá encontrarse a sí mismo y superar sus miedos antes de dar el paso definitivo para recuperar a su mujer.

Hay que decir que Murakami nos vuelve a regalar una de esas imágenes grandiosas que no se olvidan por mucho tiempo que pase: las reflexiones de Töru en el interior de un pozo, que si bien pueden llegar a ser algo tediosas (casi cien páginas), representan el gran Murakami de los noventa, sus reflexiones y sus miedos.
  
  Edición española en un solo volumen

Como defecto, comentar que el libro es excesivamente largo y que puede aburrir al lector que no se haya adentrado en el universo Murakami con anterioridad. Por ello, no es recomendable como primera lectura del autor.

Me gustaría compartir una teoría expuesta por Jay Rubin, traductor de Murakami al inglés. Según Rubin, la coincidencia de que los protagonistas de Crónica y Norway no mori compartan nombre no es una casualidad. Töru significa “atravesar”, “pasar” en japonés, lo que, según el traductor, Murakami utiliza para conceptualizar el paso del mundo adolescente al adulto, en el caso de Norway no mori, y la travesía del mundo conocido al desconocido que experimenta el protagonista, en el de Crónica.

La novela nos embarca también en un viaje a la época colonialista japonesa. Critica la escasa aceptación de los políticos actuales (en los noventa) de las masacres cometidas por el ejército. Esto supuso un chorro de agua fría para los medios de comunicación japoneses. Murakami tuvo que soportar la ira de los reaccionarios de su propio país, así como el ninguneo de la más rancia clase literaria japonesa, que siempre le había dejado de lado debido al carácter poco refinado de sus obras. Sin embargo, gracias a Crónica, obtuvo el reconocimiento a través de algún premio literario prestigioso (Yomiuri) y alabanzas de autores comprometidos como Kenzaburö Öe. No obstante, la novela de Murakami lo único que hace es contribuir al debate sobre las atrocidades cometidas en Asia, que hicieron al escritor reflexionar sobre qué les llevaría a sus antepasados a realizar tales barbaridades.

Underground

1995 fue un año fatídico para el país nipón. Kobe, ciudad de la región de Kansai, se vio sacudida por un tremendo terremoto que dejó sin vida a casi seis mil personas. Asimismo, el metro de Tokio sufrió un ataque terrorista con gas sarín que costó la vida de una decena de personas y secuelas psicológicas en una sociedad que todavía no había digerido el estallido de la burbuja de finales de los ochenta. El ataque terrorista supondría para los japoneses el derrumbe de una mentalidad que les hizo reconsiderar la opinión que tenían de su país. 

 Edición japonesa de Underground

Fueron precisamente estos daños psicológicos los que llevaron a Murakami a enfrascarse en un proyecto de investigación sobre el ataque terrorista (llevado a cabo por la secta religiosa Aum Shinrikyö) que culminaría en dos volúmenes, conocidos por el nombre de Underground. El primero de ellos sería una recopilación de entrevistas a los damnificados, mientras que el segundo se atrevería con los mismos miembros de la secta.

El ensayo tendría una gran repercusión en Japón y demostraría que Murakami no era solo un novelista que huía de la sociedad japonesa cuando se sentía agobiado, sino que estaba ahí para contribuir a sanar esas heridas que tardaron en cicatrizar.

En cuanto al terremoto de Kobe, Murakami escribiría una serie de historias cortas sobre este tema que acabarían recopiladas en 1999 en el tomo Kami no kodomotachi wa mina odoru (Todos los hijos de Dios bailan). Estas historias estarían indirectamente relacionadas con el seísmo, es decir, este es causa o consecuencia de las acciones de los protagonistas, sin que sea el centro argumental propiamente dicho de las historias.

Edición japonesa de Kami no kodomotachi wa mina odoru 

Pero antes de la publicación de estas historias cortas, Murakami se atrevería con otra novela corta.

Supütoniku no koibito (Sputnik, mi amor)

Sin duda, una de mis novelas favoritas de Murakami. Atrevida, entretenida y directa, se encuadra dentro de sus historias breves, en la línea de Norway no mori o Al sur de la frontera, al oeste del sol.

Sputnik, mi amor fue una novela, digamos, de descanso para el autor. Murakami acabó agotado de nuevo tras escribir una historia de tres volúmenes, y Sputnik, al igual que ya hizo Norway no mori en su época, revitalizó al escritor. 

 Edición japonesa

Son muchas las diferencias de esta novela con lo que había hecho Murakami hasta entonces. En primer lugar, el peso de la acción cae en Sumire, una mujer arrastrada por una pasión lésbica que la llevará hasta Grecia. Si bien el narrador es un hombre, K, este no es más que el vehículo de expresión de la auténtica protagonista, otro punto de diversidad en el conjunto de la obra del escrito.
Edición española 

Considero que Sputnik, mi amor es una novela sin muchas pretensiones, y es ahí precisamente donde radica su belleza. El personaje de Sumire es quizás el más conseguido de todos los del universo Murakami. Llena de color esta novela y su papel es similar al de Midori en Norway no mori, pero con algo más de profundidad.

En la siguiente entrada nos meteremos de lleno en la última década de Murakami y llegaremos hasta su novela más actual.

2 comentarios:

  1. Hola Carlos!
    Hace ya bastante que leí "Al sur de la frontera...", pero creo que lo de la escena de la noria pertenece a "Sputnik, mi amor" (es Miu la que se ve a sí misma en su apartamento). Pero aparte de esto, esta genial que hayas hecho esta biografía de Murakami, me la estoy leyendo toda :).

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  2. Pues tienes toda la razón, Lalu. Hace tanto que me leí esas dos novelas... Ya lo he corregido y disculpad a todos el desliz

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