jueves, 6 de septiembre de 2012

Watashitachi ga sukidatta koto (Aquello que nos gustaba), de Teru Miyamoto. 私達が好きだったこと「宮本輝」


Tokio, años 80. Yoshi Kitao y su amigo Sen-ichi Satake (apodado Roba) se mudan a un piso de protección oficial. Una noche conocen a dos chicas, Aiko Shibata y Yoko Ogino, a las que terminan invitando a vivir con ellos tras una serie de cómicas situaciones. Surgirán relaciones sentimentales entre ellos que les harán darse cuenta de que ya no son unos muchachos. Los cuatro se embarcarán en la aventura de la convivencia y comprenderán lo arduo que puede ser el camino que lleva desde la juventud a la madurez.

 Portada de la edición de bolsillo japonesa de la editorial Shinchosha 

Si bien viendo el argumento puede parecer una comedia romántica, nada más lejos de la realidad: estamos ante una de las novelas japonesas que mejor refleja el proceso de madurez que tiene lugar entre los veinte y los treinta años. Cada uno de los personajes tiene sus aspiraciones, sus formas de ver la vida, así como carga con un pasado. Miyamoto trata con tanto mimo a sus personajes que ninguno está descrito de forma artificiosa ni tienen personalidades excéntricas. Son de carne y hueso, personajes con los que el lector se siente identificado, como si fuera la historia de unos viejos amigos. Esta novela enseña algo valiosísimo: que no podemos hacer nada solos. Los protagonistas disfrutan ayudándose entre ellos cuando están en problemas, no pueden quedarse pasivos si ven que sus compañeros están en apuros. El título de la novela se refiere precisamente a eso: lo que les gusta es ayudarse, aunque suponga sacrificios personales. El nudo del argumento es un continuo ir y venir de calamidades que afecta a todos por igual.

Cada personaje tiene una subtrama que comienza en el pasado y se extiende hasta el presente de la historia. Roba, por ejemplo, sueña con ser alguien en el mundo de la fotografía, pero también sufrió un accidente de joven que le repercute en el presente. Su nueva novia y compañera de piso, Yoko, tiene graves problemas económicos que intenta ocultar al grupo. Y Yoshi, el claro protagonista, es el eje conductor de la historia, el punto donde empieza y termina. Sin embargo, el personaje mejor representado de la historia es, personalmente, Aiko, que comenzará una relación con Yoshi. Marca de la casa del maestro Miyamoto, que esculpe a las mujeres con su cincel más fino, este personaje femenino es consecuencia lógica de los infortunios que le tocó vivir con su madre en la infancia y adolescencia. Algo apocada y pusilánime, durante la novela vemos que evoluciona y madura con Yoshi de forma increíblemente realista. La relación de ambos, además de ser interesante, está magníficamente narrada en el libro. Decir que el desenlace de este es, cuanto menos, sorprendente.
 Carátula de la película basada en la novela, del año´97.
Hay una angustia común a todos los protagonistas: el dinero. Cada uno sufre problemas económicos que repercutirán en los demás personajes. La novela se desarrolla en el Tokio de los años ochenta, en plena burbuja económica, cuando los japoneses vivían en una dimensión irreal donde creían que el dinero lo solucionaba todo. Estos cuatro protagonistas muestran que no todos podían subirse al tren del exacerbado neoliberalismo campante en esa época (nada nuevo hoy día).

Siento una inevitable predilección por esta novela. Desde sus primeras páginas me atrapó y su planteamiento, tan sencillo pero, a la vez, rico en matices, consigue que, como mínimo, disfrutes. Lo que empezó como una ligera lectura en vacaciones pasó a ser en una de las mejores novelas que he leído nunca. Es admirable comprobar como una historia tan sencilla y manida en la actualidad se convierte, bajo los trazos del maestro Miyamoto, en una fina reflexión sobre lo que significa madurar.

Este libro demuestra que la literatura japonesa también bebe de la más contemporánea cotidianeidad; que no hacen falta elementos kafkianos (paranoia pura y dura, básicamente) ni evocar paisajes de cedros otoñales para enhebrar este tapiz tan genuinamente japonés sobre los sentimientos en la juventud adulta. Una verdadera pena que aún no tenga traducción al castellano.

2 comentarios:

  1. Sr. Carlos Cabaño: Deseo contactarle a la brevedad ¿Puedo solicitarle una dirección de email por favor?.
    Muchas gracias

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    1. Estimado lector:
      Puede escribirme a la siguiente dirección:
      carloscabano84@gmail.com

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