miércoles, 29 de agosto de 2012

Teru Miyamoto(宮本輝)


Nacido en Kobe en 1947, Teru Miyamoto es un autor consagrado en Japón con más de ochenta obras a sus espaldas.

Con sus primeras novelas obtuvo los dos premios literarios más prestigiosos del país: el Akutagawa (por Hotarugawa, El río de las luciérnagas) y el Osamu Dazai (por Doro no kawa, El río de barro). Estas dos historias de iniciación ahondan en un tema que más tarde se volvería bastante recurrente en su obra: la desolación de la posguerra.


Miyamoto combina en su obra novelas algo complejas en el argumento (pero siempre con ese estilo narrativo austero que le caracteriza), donde lecciones de historia occidental se mezclan con filosofía oriental y viceversa; con otras con una trama más juvenil, donde los protagonistas son veinteañeros, pero no por ello de vidas fútiles. La temática abarca desde la aflicción y el desánimo de la época de posguerra, propia de sus primeras novelas y de su pentalogía Ryuten no umi (El mar de las vicisitudes), hasta historias de jóvenes con ambiente más moderno, como puede ser Watashitachi ga suki datta koto (Aquello que nos gustaba) o Ao ga chiru, pasando por libros con protagonistas más dispares. Todas las novelas, sin embargo, están sostenidas por un doble eje: por una parte la melancolía, con una lírica atmósfera wabi sabi, y, por otra, el sutil optimismo por superar las dificultades. Puede que los/las protagonistas de Miyamoto no tengan un carácter fuerte, pero eso no les impide tratar de vencer, o sobrellevar, los obstáculos a su manera. Cabe decir que muchos de los personajes protagonistas que más empatía transmiten en su obra son mujeres.

Y es aquí donde merece la pena hacer un inciso. Muchas de los libros de Miyamoto tienen protagonistas femeninas, que van desde la aún inocente veinteañera a la apesadumbrada divorciada. Personalmente, su forma de tratar los personajes femeninos es uno de los atractivos de este autor, pues no son mujeres de carácter fuerte ni estereotipados; muy al contrario, las retrata como seres que se han quedado solos por circunstancias de la vida, pero que logran salir adelante con empeño. En algunos casos, esas desgracias impuestas a la mujer son ocasionadas por otros personajes masculinos (la antes mencionada Kinshû o Orenji no tsubo (El tarro de naranjas)), o bien por enfermedades (Kokoni chi owari, umi hajimaru (Donde termina la tierra y comienza el mar)) o cualquier otra razón. En todo caso, la mujer de las novelas de Miyamoto demuestra más valor que el hombre a la hora de enfrentarse a las adversidades. Un arrojo que, curiosamente, está casi siempre apoyado por personajes ancianos.

La vida del maestro Miyamoto sufrió un duro revés cuando le descubrieron que padecía tuberculosis, precisamente cuando se encontraba en el monte Zaô, punto de partida de su novela Kinshû. Fue durante su estancia en el hospital cuando escribió esta historia, influida por las reflexiones sobre la vida y la muerte del escritor, que veía cómo sus compañeros de hospital iban falleciendo por la misma enfermedad. Por fortuna, tras más de un año ingresado, pudo recuperarse y su experiencia queda plasmada en más de una de sus historias.

Teru Miyamoto es un autor por descubrir en lengua castellana. La publicación en español de Kinshû, tapiz de otoño es solo una ínfima gota del gran mar de historias que merecen ser leídas en la lengua de Cervantes. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario